martes, 26 de octubre de 2010

¿¡ Apúrate que el mundo se va a acabar!?

Despierto ahogado, afligido, como triste y a la vez con miedo, siento mucha angustia; Hace calor, mucho calor. Acabo de tener una pesadilla. Estoy temblando, debo hacer un gran esfuerzo para sentarme en mi cama. Encima de varios libros que tengo en mi velador está mi teléfono, lo tomo para ver la hora. No logro ver los números a la primera. Me paso la mano por los ojos y vuelvo a mirar: Las 4:17. Hubiese deseado que ya fueran las seis o siete de la mañana y poder levantarme. Ahora el miedo iba disminuyendo y la angustia lenta y poderosamente se apoderaba por completo de mí. Me acuesto nuevamente y respiro hondo. Inhalo, exhalo. Lo repito varias veces. Debo poner mi mente en orden. Vamos a la pesadilla. Me veo viejo, muy viejo. A punto de morir. El problema no es ese porque, al fin y al cabo, todos nos vamos a morir. Es inevitable. Nadie es inmortal. Bueno, el verdadero problema es que a punto de morir me doy cuenta que no he hecho nada con mi vida. Digo, no tengo familia, nadie que me quiera. Practicamente estoy a la deriva. Es muy angustioso. Siento que no he luchado nada y me da mucha rabia. A lo mejor es una advertencia divina: Debo esforzarme más. Ahora la angustia se transformaba violentamente en ansiedad. Deseo que amanezca luego para levantarme y hacer hartas cosas. Primero quiero ir a orar a la iglesia y pedirle perdón a Dios por lo perezoso y ocioso que he sido durante mi vida. No me gusta trabajar. Sólo me apasiona la Literatura y el Cine. Quiero escribir pero no he hecho todo lo posible por publicar mi novela. Y el tiempo pasa rápidamente, de manera violenta. Sin piedad. Temo llegar a viejo y ver que la vida se me ha escapado. ¿Qué hacer? Buena pregunta. La mente trabaja, pienso en algo, luego en otra cosa muy distinta. ¿Y si en lugar de ir a orar mejor voy al estadio a correr?. Uff, amo correr. Desde niño. ¿Qué hacer?. He ahí el dilema. Todavía no son las cinco, está todo oscuro. Ahora no siento nada. Quisiera sentir deseos de luchar, de ser perseverante. Quisiera ser valiente, un guerrero, porque la vida es una guerra con muchas batallas.
El otro día, leyendo "Apuntes Autistas", de Alberto Fuguet me entretuve un par de horas. Fuguet cuenta que leyó un libro donde aparecen los mil lugares que debe conocer uno antes de morir, y las cien cosas que hay que hacer...antes de morir.
Veamos. ¿Conocer la muralla China? Puede ser. ¿Roma, París, Tokyo, Londres? Sin duda. ¿Jerusalén? Bueno, ahí vivió Jesús y es un lugar indispensable para conocer. En el fondo depende de cada persona porque, mientras uno anhela conocer EE.UU otro desea ir a Turquía. Pasa igual con lo otro. ¿100 cosas que hay que hacer antes de morir? No todos anhelamos lo mismo. Mientras fulano quiere tatuarse la espalda, zutano no haya la hora de escalar una montaña. En fin. Sí hay cosas fundamentales como formar una familia y ganarse la vida haciendo lo que a cada uno le guste, le haga feliz. ¿Qué más se puede pedir que ser feliz? ¿Habrá otra sensación más agradable que la felicidad u otro sentimiento más poderoso que el amor? Que yo sepa, no.
Es verdad que tengo 25 y he hecho poco. Pero, ¿Habría sido mejor haber estudiado-da lo mismo qué- y haber abandonado la carrera en segundo o tercer año? Creo que no.
Ahora, jamás he ido a una fiesta y me alegro. Sinceramente. Porque, ¿Aprovechar la vida es tomar alcohol, fumar, drogarse, tener harto sexo? Para mí no. Esa gente me da lástima. Cuando leí que un hombre se había acostado con dos mil mujeres durante su vida, reconozco que sentí un poco de envidia, pero después de pensar mejor encontré que no tenía sentido. Porque lo lindo es tener una mujer y amarse mutuamente.
Tengo mis cosas tan claras. Quiero vivir de y para la Literatura, seguir con mi vida sana(alimentarme bien y hacer deporte), formar una familia, viajar, conocer gente linda. Pero lo más importante es entregarme en las manos de Dios y confiar en Él.
Ahora miro nuevamente el celular: Las 6:20. He pensado harto. Decido levantarme a las siete. Me alivia darme cuenta que no soy viejo, sólo tengo 25 y todavía tengo mucho por vivir...