miércoles, 22 de febrero de 2012

Algo muy importante...

El hombre es tripartito. La Biblia enseña que constamos de "espíritu, alma y cuerpo" (1 Tesalonicenses 5:23). Tu espíritu es la semejanza que tienes con Dios y siempre te atrae al bien, a lo justo y a lo verdadero. Tu cuerpo es semejante al de Adán y llama tu atención a lo temporal, a lo terrenal y a lo carnal. Si tú te dejas guiar por tu espíritu, éste te conducirá a la vida, pero si te dejas guiar por tu cuerpo, éste te conducirá a la muerte. "Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz" (Romanos 8:6).
El alma es la mente y se encuentra entre el espíritu y el cuerpo. El espíritu no puede influenciar al cuerpo, ni tampoco puede el cuerpo dejar ninguna impresión sobre el espíritu, porque ambos están en guerra (Gálatas 5:17, que debiera leer espíritu en lugar de Espíritu) ¡Y el campo de batalla es la mente!
Dios, operando por medio del espíritu, intenta influenciar a la mente. Y Satanás, obrando por medio del cuerpo, intenta influenciar a la mente.
Entiende esto con toda claridad, porque según vaya tu mente así irá el resto de tu persona porque ¡Tu mente eres tú!
"Confortará mi alma" (Salmo 23:3). El restaura mi mente, ya que la mente necesita ser restaurada de vez en cuando. Las tensiones, las desilusiones, las ansiedades que se producen como resultado de los conflictos en mi mente, hacen que necesite ayuda del exterior. Yo no soy capaz de resolver mis propios problemas, así que necesito un mediador.

Solamente Jesús es capaz de restaurar y confortar la mente. El quita de en medio todas las telarañas del tiempo y hace que mi pensamiento vuelva a enfocarse.
Las victorias son ganadas y las derrotas sufridas en la mente. No en el cuerpo, ni en el espíritu, sino en la mente. Si tú permites que la carne salga victoriosa en la batalla, tú habrás creado en tu espíritu un desasosiego aún más profundo. Si dejas que tu espíritu gane el conflicto, tu cuerpo se opondrá con todas sus fuerzas, pero cuando gana la mente, ¡queda claro el campo de batalla!
Todo esto es realmente importante y toda persona debe saberlo. Vivamos una vida espiritual, aferrados al amor y poder de Cristo. Sabemos que vivir la vida de la carne y sus placeres nos llevará a la muerte eterna, al sufrimiento sin fin junto a los demonios.
Dios nos ofrece vida y paz, en cambio Satanás nos engaña y luego nos lleva a la perdición. ¡Es tu decisión y debes tomarla ya!
Dios te bendiga.

miércoles, 15 de febrero de 2012

¿Cuántos dioses hay?

El año pasado, en octubre, mientras estaba trabajando en la funeraria de mi tío llegó un hombre de unos cuarenta años de edad. Ya lo había visto antes; además bien seguido viene a comprar tabaco al lado de mi casa. Ese día que fue a la funeraria necesitaba dinero para satisfacer su vicio.
Conversamos unos minutos y al final me dijo: "¿Me va a prestar plata o no?". No tenía y si hubiese tenido tampoco le hubiese prestado. Para eso no.
Fueron pasando los días, las semanas y meses y sigue viniendo a comprar tabaco donde mi vecina, cada dos o tres días. O quizás viene todos los días. Le he hablado de Dios pero siempre sale con lo mismo. Me dice: "¿Pero cuántos dioses hay? Los mormones tienen un dios, los testigos de Jehová tienen otro y ustedes otro". Yo le respondo que hay un solo Dios, el cual hizo todas las cosas. No pierdo la esperanza de que Dios sane a este hombre y lo transforme. Para él nada es imposible.
Yo tengo que orar más por Javier; me da pena verlo en esa condición, perdido en los vicios de este mundo. Satanás lo tiene atado pero confío en que Dios romperá esas cadenas.
"Una vez habló Dios; dos veces he oído esto: Que de Dios es el poder". ( Salmo 62:11)

miércoles, 8 de febrero de 2012

La mejor decisión

Todos a través de la vida hemos tenido que tomar más de una decisión. Algunas no tienen tanta importancia pero otras son fundamentales. Por ejemplo si vamos a comer y tenemos que elegir entre arroz o puré da lo mismo, no tiene relevancia. Sí tiene importancia cuando debemos decidir con quién queremos compartir nuestra vida, con quien nos vamos a unir en matrimonio. Pero hay una decisión mucho más importante.
En la vida hay dos caminos, uno ancho, donde es fácil caminar, el cual está lleno de placeres pero que son pasajeros. El otro camino es angosto, por donde no es fácil avanzar, pero el que decide caminar por ahí y llega al final, tendrá acceso a la vida eterna.
Esta vida es pasajera, como mucho una persona llega a los ochenta años y son muy pocos los que sobrepasan esa edad.
La gente que decide ir por el camino ancho hasta el final de su vida y no se arrepiente de sus pecados le espera lo peor. Un lugar espantoso llamado infierno.
Hay personas que en sus vidas tienen riquezas y placeres pero no les sirve de nada si mueren en esa condición, sin conocer a Dios. Además la felicidad verdadera se consigue sólo caminando de la mano de Cristo.
Los que aún no han decidido ir por el camino angosto, deberían pensarlo muy bien. Yo ya lo hice y no voy solo, Cristo me lleva de la mano.
En la actualidad hay una plaga de pecado sobre la tierra; estamos casi igual que en los tiempos de Sodoma y Gomorra. Por poner un ejemplo, en Chile, los homosexuales quieren casarse y adoptar hijos. Eso no se veía diez años atrás. Y más adelante la situación empeorará. Ya no vendrán tiempos mejores. ¿ Por qué no dejar nuestras vidas en las manos de Dios y que él nos ayude? No hay una mejor decisión. Lejos de él sólo hay frustración, dolor y angustia. Cerca de Dios está la felicidad y la paz. Y sobre todo su amor, que es incomparable.