jueves, 17 de marzo de 2011

Leer

Es cierto que a mucha gente el hecho de leer le apesta. A mí me da pena escuchar a muchos escolares decir que les carga leer, que buscan los resúmenes de los libros o simplemente no los leen. Pero no quiero hablar más de ellos, sólo que siento una inmensa lástima. Debo aclarar que también hay escolares que aman leer, y que aparte de cumplir con la lectura exigida, se dan el tiempo para leer otros textos. Eso en parte disminuye un poco mi pena y lástima. Y hablo en serio, no piensen que exagero. Hablo bien en serio.
A mí me apasiona leer desde muy niño. Mi mamá me contó que a los cuatro años andaba leyendo por todas partes(juntando las letras y formando algunas palabras)Cuando me llevaban al supermercado trataba de unir todas las letras que veía(antes de que me enseñaran en la escuela ya sabía algunas palabras como MILO, SOPROLE, ZUKO y otras).
Era tanta mi pasión por la lectura, que aprendí a leer bien rápidamente. Comencé a destacarme desde niño en todo lo que tenía que ver con letras.
Leer tiene muchas ventajas, una de ellas es la ortografía. Aprendes a escribir correctamente. Debo reconocer que siempre cuando leo el diario o revistas o lo que sea, me fijo si hay alguna palabra mal escrita, y he sido testigo muchas veces de un tilde mal puesto o una s en lugar de una c. Al Mercurio y a La Tercera jamás le he podido encontrar un error, pero sí a La Cuarta y a Las Últimas noticias y una que otra novela. Hay editoriales que se comen algunas letras, por ejemplo, en lugar de escribir corazón, ponen corzn. Lo he visto, no estoy mintiendo.
Es verdad que hay lecturas aburridas, todos lo sabemos, pero también hay otras que son geniales. Por ejemplo yo lo más que leo es literatura y puedo recomendar a ojos cerrados "Francisca yo te amo" y "Dónde estás, Constanza", ambas novelas de José Luis Rosasco, para comenzar y tomarle el gustito a la lectura. Después se puede seguir con "El Principito", "Cien años de soledad" y "Don Quijote de la Mancha", hasta llegar a los maestros, a los mejores como J.D.Salinger, R.Yates, P.Roth, P.Auster, R. Carver y muchos otros. La lista en larguísima.
Otra cosa que debo recalcar es la lectura de cuentos a los niños. Es muy importante para su imaginación. Mi sobrino tiene seis años y me sigue pidiendo que le cuente un cuento. Algunos de ellos yo los invento.
Un lector lento lee entre 150 y 200 palabras por minuto(PPM), uno rápido lee de 350 hacia arriba. Yo estoy rondando las 600 y no voy a descansar hasta llegar a las 1000(aprendiendo y practicando algunas técnicas es posible lograrlo).
Siempre pongo el ejemplo del que es malo para los deportes: es muy difícil que de un día para otro le empiece a gustar y salga todos los días a correr, a andar en bicicleta o a jugar fútbol. Hay que empezar de apoco motivando y enseñando que hacer deportes, al igual que leer, es una práctica muy provechosa.
La mejor fuente de conocimiento es y seguirá siendo la lectura, porque no es muy probable que nos encontremos con un sabio a la vuelta de la esquina y nos empiece a contar todo lo que sabe. Sabemos que eso no pasará.
Hay que leer de todo, desde diarios, revistas y novelas, hasta historia, biografías, ciencia, psicología, etc. También es importante leer la biblia.
En mi casa tengo bastantes libros(90% novelas)y además traigo de la biblioteca. Me traje "La elegancia del erizo", de Muriel Barbery, que lo recomiendo totalmente. Ahora está en cartelera la película que se hizo de esa novela, con muy buena crítica y que espero ver muy pronto.
Otro libro que recomiendo es la autobiografía de la española Rosa Montero llamada "La loca de la casa". En ella aparecen anécdotas y relatos muy buenos. Por ejemplo cuenta lo siguiente: Mark Twain, quien, de mayor, le contó a un periodista que había tenido un hermano gemelo, Bill, a quien se parecía tanto que nadie podía distinguirlos, hasta el punto de que tenían que atarles cordoncillos de colores a las muñecas para saber cuál era cuál. Pues bien, un día los dejaron solos en la bañera y uno de ellos se ahogó. Y, como los cordones se habían desatado, nunca se supo quién de los dos había muerto, "Si Bill o yo", explicó Twain plácidamente al periodista. A mí no me dejó indiferente eso que leí, y hay otras breves historias tan buenas como la del autor de Tom Sawyer. Otro párrafo que destaco de "La loca de la casa" es el siguiente: "Y por último, pero es en realidad lo más importante, cuando te enamoras locamente, en los primeros momentos de la pasión, estás tan lleno de vida que la muerte no existe. Al amar eres eterno". ¿No lo encuentran hermoso? Yo sí, y mucho.
He leído poca poesía en mi vida, casi nada, pero tengo una amiga, Catalina Cabrera, que escribe buenos poemas y los leo con agrado. Ella odia las matemáticas al igual que yo.
Por último debo ser tajante: Leer no te garantiza convertirte en una buena persona. Adolf Hitler era un lector compulsivo y tenía una biblioteca con catorce mil libros. Ok. Depende de lo que leas.