jueves, 26 de julio de 2012

Palabras de Sabiduría.

Aquí estoy nuevamente tratando de escribir algo. No es excusa pero varias veces me ha pasado que me siento a escribir y llaman por teléfono pidiendo gas, y tengo que ir a dejarlo. Definitivamente esto de la venta de gas no es lo mío. No me veo trabajando mucho tiempo más en este rubro. Aunque trabajar en esto me signifique ganar bastante dinero, a mí el dinero me tiene sin cuidado. Es verdad que me gustaría tener una linda casa, un buen automóvil y un mejor pasar económico, en el sentido de por ejemplo querer hacer un viaje y contar con los recursos necesarios. Ahora no cuento con esas cosas, pero no me vuelvo loco por tenerlas.
Hay que ser muy cuidadoso con el dinero, porque si no se logra manejar de la manera adecuada termina arruinando la vida de cualquiera. ¿Has escuchado hablar del amor al dinero? Es algo terrible, y no quiero que me suceda a mí.
Yo andaba en busca de algo que llenara mi vida y sin duda ya lo encontré. Conozco tantas historias de personas que creían que el dinero hacía la felicidad y tras ir en busca de él y después de conseguirlo se terminaron de dar cuenta que seguían con un enorme vacío en sus vidas. Lo mismo ocurre con el éxito. ¡El éxito tampoco hace la felicidad!
Hay tantas personas exitosas, que ganan dinero a manos llenas y son al mismo tiempo tan miserablemente infelices. ¿Y por qué, si cuentan con dinero y éxito? La respuesta es sencilla: Porque ni el dinero ni el éxito logran hacer feliz al ser humano. ¿Entonces cómo conseguir la felicidad? Bueno, sólo Dios te puede dar esa tan anhelada felicidad.
Es cosa de ver toda esa gente que ama el dinero y ponen en él toda su confianza. Por ejemplo, puedo nombrar a los actores y actrices de cine; en ese grupo puedo incluir también a todas las "celebridades" del mundo del espectáculo, ¿Por qué crees que muchos de ellos terminan su vida de manera tan lamentable? Ellos cuentan con mucho dinero pero la mayoría no son felices. Sin Dios seguirán sintiendo ese vacío; sólo él lo puede llenar, lo digo por experiencia propia, créeme.
Ahora que no vienen tiempos mejores, que la crisis económica a nivel mundial está peor que nunca, lo mejor que puedes hacer es confiar en Dios. Ya no hay tiempo que perder.
El rey Salomón, con toda su sabiduría, dijo: El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. (Eclesiastés 12:13)

viernes, 6 de julio de 2012

¿Cómo conseguir la verdadera felicidad?...

Bastantes días sin escribir en mi blog. Ahora con la venta de gas tengo menos tiempo. Por ejemplo, este martes no me pude juntar con mi amiga Paulina Espinoza por estar esperando la camioneta con el gas. Debía llegar a las doce y llegó después de las cinco de la tarde. Recién ahí pudimos descargar con mi papá.
Hace días que quiero escribir sobre la felicidad. Yo me considero relativamente feliz. Me considero un hombre afortunado. Vamos por parte. En primer lugar, no es posible estar siempre feliz, eso está claro. Además para qué pretender estar siempre feliz, por ejemplo yo me inspiro mucho más cuando estoy triste. Para escribir bien necesito estar un poco triste, y eso mezclarlo con un poco de rabia. Pero no es así para todos, obviamente.
Hablaré de mi experiencia con la felicidad. Mis momentos más felices han sido cuando he estado cerca de Dios. No hay nada más maravilloso en esta vida.
Quiero referirme a un capítulo de la Biblia en donde habla de las obras de la carne y el fruto del Espíritu. (Gálatas 5: 16-26). Veamos. Las obras de la carne son: Adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas. Queda claro. Todas las personas que viven la vida de la carne jamás alcanzarán la felicidad y la paz que sí consiguen los que viven la vida del Espíritu. Basta con ver cuáles son los frutos del Espíritu: Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza.
Bueno, nadie dice que vivir una vida espiritual sea fácil, tomando en cuenta la inmundicia que tiene corrompido al mundo.
No tengo dudas de que cada ser humano anhela ser feliz. Nadie en su sano juicio desea sufrir.
¿Qué nos hace felices? A mí por ejemplo me hace feliz escribir. Me encantaría irme a un lugar lluvioso por unos tres meses a escribir y escuchar la lluvia. Hay personas que no soportan la lluvia y prefieren el sol, pero en gustos no hay nada escrito. No todos somos felices con las mismas cosas. Pero para hablar de la felicidad debemos ir a la Biblia, al capítulo que mencioné anteriormente. Ya nombré las obras de la carne: ¿Quién puede ser feliz si su vida está llena de inmundicia, iras o envidias? Absolutamente nadie. Pero si vemos los frutos del Espíritu: ¿Si nuestra vida está llena de amor, paz o gozo, es posible no ser feliz? No, si tú tienes amor y paz, por ejemplo, serás una persona plenamente feliz. Tenlo por seguro.
Sólo Dios puede hacer feliz al hombre y a la mujer. No busques en otra parte, no pierdas tu tiempo. Dios es todopoderoso y lleno de amor y sabiduría. Dale las gracias ya que estás respirando en este momento gracias a El.