lunes, 26 de abril de 2010

Autobiografía.

Todos tenemos algo que contar. Sin duda hay gente que tiene más anécdotas que otras, ha viajado más, ha conocido a más personas, pero todos tenemos una historia. Por supuesto yo también tengo la mía. A sólo meses de cumplir un cuarto de siglo creo que he vivido poco. Ninguno de mis sueños se han hecho realidad todavía. Nací en Linares, un 10 de agosto de 1985 (he vivido en tres décadas diferentes) pero he pasado toda mi vida en Longaví, un pueblito muy tranquilo y aburrido a la vez (me hubiese gustado vivir en Europa o EEUU).
Soy el tercero de ocho hermanos, el hombre mayor. Cuando mis hermanas mayores iban al colegio, yo quería ir con ellas. Hablo de cuando tenía tres años y me faltaban todavía dos para entrar a kinder (aún no existía pre- kinder). Mi mamá me dice que era muy curioso, me gustaba aprender; además era muy ordenado- lo sigo siendo-. Cuando a los cinco años pude ir a kinder era mi delicia. Ahí comenzó mi amor por las letras; en mis visitas al supermercado me ponía a leer todas las letras que veía. Yo no me acuerdo con tanta nitidez de eso pero mi mamá me asegura de que así era.
En la básica fuí siempre de los primeros de la clase, aficionado sobre todo a Lenguaje e Historia. Matemáticas cada año me gustaba menos. En la media todo cambió para peor. De ser un alumno aplicado y destacado en la básica pasé a ser uno del montón. Y me daba lo mismo.
Iba cuando quería al liceo, discutía con los dos profesores más respetados y mañosos. No me sentía ni bien ni mal por eso. Ahora no lo volvería a hacer.
Desde chico me ha gustado bastante el deporte: el fútbol y tenis para verlo y el atletismo para practicarlo. Recuerdo el año 94 cuando escuchaba los partidos de la "U" con mi papá. Ese mismo año se jugó el mundial de fútbol en EEUU y ví la final entre Brasil e Italia en una tele chica en blanco y negro. Hasta el día de hoy amo el fútbol y a la "U". El tenis también me gusta verlo; desde el "chino" Ríos hasta ahora con el "Feña" González. El atletismo es diferente, porque es el único deporte que practico, más o menos desde los diez años. Amo correr.
Como a la edad de doce años comencé a leer novelas y no he parado y dudo que lo haga. Ojalá que tenga buena vista hasta viejo. Si es que el mundo dura hasta ese entonces.
Mi otra pasión- que por lo demás es la más grande- es escribir. Desde bien niño escribo, invento historias; además tengo un diario de vida desde hace varios años. Obviamente ya van hartos cuadernos que de vez en cuando me siento a leerlos y a recordar. Es entretenido, aunque me da cierta nostalgia.
He cometido muchos errores en la vida, como todos. A lo mejor fue un error no haber estudiado algo. Pienso que hubiese sido bueno haber estudiado periodismo escrito o literatura. Aunque todavía puedo y la verdad no creo que lo haga. Es un poco contradictorio todo esto, pero puedo ser un excelente escritor sin haber estudiado en la Universidad. He aprendido bastante por mi cuenta: Soy autodidacta.
No me gusta que me manden a estudiar, creo que hubiese fracasado en la Universidad por el simple hecho de que soy muy llevado a mis ideas. Aprendo y estudio lo que se me da la gana. Por ejemplo nadie me obligó a aprenderme tantas capitales y me sé más de cien, incluso de países que muchos ni saben que existen, como Omán, Nepal o Burkina Faso. Y me gusta.
Me gusta mucho la Historia, aprender fechas de todo tipo, de guerras, de nacimiento y muerte de personajes como Da Vinci, Maquiavelo, Napoleón, etc. También me gusta mucho la Biología: todo lo que tenga que ver con células, hormonas, etc. Para las matemáticas soy malo. Aparte de lo básico no sé mucho más. No me agrada.
Me gusta, aparte de la literatura, mucho el cine: películas de amor y acción son mis predilectas. A decir verdad las de terror hasta por ahí nomás y esas muy fantásticas no las trago. Las chistosas de Jim Carrey son muy buenas.
Las mujeres lógicamente me gustan mucho. Me atraen las que son bien señoritas e inteligentes.
Físicamente no lo tengo tan claro porque me han gustado morenas, rubias...la personalidad es relevante. A pesar de que me han gustado varias, nunca me he enamorado. Creo.
Estoy esperando a esa mujer especial y no tengo ningún apuro. En este momento de mi vida pienso más en mi novela, en publicarla con 24 años- como F.S. Fitzgerald- quiere decir, antes de este 10 de agosto. Me tengo fe, que nada tiene que ver con ser soberbio. Además sé que puedo seguir mejorando, hasta convertirme en un escritor brillante. Esto me interesa, por esto estoy luchando. Quiero pisar fuerte. Dios me ayudará. Vamos que se puede...

lunes, 12 de abril de 2010

AMOR...

Hace dos días, el sábado en la noche no muy tarde, tipo 21:15, me estaba comiendo unos tallarines que calenté en una paila(el microhondas pasó a mejor vida después del terremoto) y comencé a pensar en qué podía escribir en mi blog. Pensé en hartas cosas, pero de un momento a otro mi conciencia me dijo: "escribe sobre el amor". Aunque debo reconocer que no soy un tipo experimentado en este tema, y no digo que el hombre que ha tenido más mujeres sepa más sobre amor. Tal vez esto sea lo más mediocre y absurdo que alguna vez se haya escrito del amor; incluso por momentos creo que no debería seguir escribiendo. Mi conciencia me dice: "continúa". Yo le hago caso. Le pregunto a mi sobrino Benjamín, de cinco años, sobre qué piensa del amor.
-El amor es lindo- me responde y sale corriendo a la siga de una pelota.
Sí, el amor es lindo, pienso yo, pero ¿qué más?...algo más tendré que decir.
A lo mejor si le pregunto a una adolescente qué piensa del amor no me responda lo mismo que mi sobrino. Quizás me diga "el amor es horrible" o "el amor hace sufrir". Ojo: no confundir amor con desamor.
A mí el amor me vuelve loco, digo, "literalmente" me trastorna. Todas esas historias sobre el amor me inspiran mucho; por ejemplo, cuando me contaron esa de la madre que por salvar a su pequeña hija de un incendio quedó con varias partes de su cuerpo y rostro quemados. Cuando su hija creció, se avergonzaba de ella. Le decía a sus amigas que era "la nana" de la casa. Pero cuando supo la razón de las quemaduras, nunca más se avergonzó de ella. Después, decía con orgullo "ella es mi mamá". Ese es el amor de madre, como le dicen.
La lista sin duda es larga, hay miles de historias de amor. Gente que arriesga o da su vida por otros, "por amor". Jesús murió en la cruz por todos nosotros, "por amor".
Hubo un viejo que estaba con su nieto, hacía mucho frío y no tenían donde ir. Se quedaron en la calle a dormir. El viejo puso unos cartones y ahí se acostaron. Pero el nieto tenía frío y el viejo se quitó su chaleco y abrigó a su acompañante. A la mañana siguiente se escuchaba el llanto del pequeño niño. Su abuelo había muerto de frío. Estas son las "cosas" que uno puede llegar a hacer por amor. Estamos en los últimos tiempos, ¿Qué duda cabe?...terremotos, diluvios, rumores de guerra; sólo basta leer la biblia, que también habla del amor. Ahí dice: "El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactansioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta".
Hay gente que no cree en el amor, como también gente que no cree en Dios. Por mi parte debo decir que creo en Dios como creo que el cielo es azul; por supuesto que también creo en el amor.
Me compré hace poco unas revistas que la señora del quiosco vende a cien pesos porque son un poco antiguas. Curiosamente en las dos salía sobre el amor, pero aún no las leo y quería leerlas porque a lo mejor me podían servir para escribir algo mejor aquí, pero bueno, otro día escribiré algo más elaborado. Hasta aquí voy a escribir porque el Benja me está llamando para que le cuente un cuento...o quizás me enseñe un poco de amor, los niños saben harto.

lunes, 5 de abril de 2010

Opiniones de un payaso

Hace unos días comenzó el mes de abril y no ha llovido, no ha caído ni una sola gota de agua. De abril lluvias mil, por el momento nada. Creo que me gusta la lluvia, pero no tanto. Lo mismo digo del sol; me gusta pero evito exponerme mucho a los rayos solares.
Siempre que voy hacia la biblioteca por las mañanas, veo a un anciano sentado en una silla de mimbre, leyendo el diario. Por la mente se me cruzan muchos pensamientos y preguntas como: ¿Habrá disfrutado bien su vida este señor?¿Estará ya cansado de estar vivo? Debo reconocer que le temo a la vejez; siento que el tiempo pasa tan rápido y que inevitablemente algún día seré un viejo y tal vez, cuando me vea un joven se haga las mismas preguntas que yo ahora.
Siempre estoy pensando, constantemente, creo que inevitablemente, aveces me gusta, pero en otras ocasiones me tortura pensar tanto. Pienso en la felicidad perfecta, en cómo conseguirla y creo que es una estupidez...nadie es feliz veinticuatro horas seguidas.
Soy ocioso, ¡Sí, muy ocioso!, me encanta demorarme todo lo posible en tomarme una taza de café y aprovechar de reflexionar; aveces pienso en leseras, como que la vida fue diseñada para sufrir, algo absolutamente falso. En realidad la vida es en un gran porcentaje como uno quiere que sea. Es asi. Creo en Dios, pero también creo en el pensamiento positivo. Pienso constantemente en el amor, creo que muchos de mis pensamientos son de amor. Realmente no seríamos nada sin este sentimiento tan hermoso, que nos hace hacer cosas increíbles, inesperadas, inimaginables; yo por amor soy capaz de todo, hasta de dar mi vida. No hablo tan sólo del amor de pareja, sino de todo tipo de amor.
Cuando estoy triste es cuando más me inspiro y escribo mejor. Por eso que escucho canciones tristes y me lanzo a escribir. Me llama mucho la atención la locura; pienso que todo ser humano cuenta con una dosis, incluso estoy convencido de que sin la locura sería difícil vivir, definitivamente.
Creo que necesito poco para ser feliz; tengo una familia maravillosa, buenos padres, aveces discuto con mis hermanos pero es algo normal e inevitable. Creo mucho en Dios, creo que Jesús murió en la cruz por nuestros pecados y me gusta creer en eso. Cada uno tiene el derecho de pensar lo que quiera, muchas veces pienso puras cabezas de pescado y pierdo el tiempo ociosamente. Y me gusta. Lo admito.
Aveces leo mucho, he llegado a leer cinco horas diarias, pero leer para mí no es perder el tiempo, escribir menos. Ya decidí a dedicarme a escribir;es lo que me hace feliz, y a fin de cuenta es lo que más me importa.