domingo, 29 de abril de 2012

Ya no hay vuelta atrás...

Definitivamente esta vida no es fácil, está llena de adversidades, de angustia y dolor. Pero eso es tan sólo una parte, porque no nos podemos olvidar de todo lo bello que tiene. Es una gran virtud ser optimista, tener la capacidad de mirar lo bueno por encima de todo lo malo. Lamentablemente tenemos la costumbre de darle mayor importancia a lo negativo, lo que nos impide ver lo lindo, nos impide disfrutar de lo bello que Dios nos ofrece. Quiero darle las gracias a mi Dios por ser tan hermoso y perfecto, realmente no tengo la capacidad de describir con palabras su inmenso amor.
Es verdad que nadie ha visto a Dios, ningún ser humano, pero si creemos en él es porque se nos ha revelado, y  así sabemos que es real.
No es fácil dejar todo el pecado, ya que siempre hay algo que nos tienta y nos hace caer. Dios en su inmensa misericordia nos vuelve a perdonar, pero ojo, no hay que abusar. Tenemos que pedirle al Señor que nos ayude y fortalezca. Solos no somos capaces.
Haber, yo tengo muy claro que no hay nada mejor que confiar en él, en sus promesas, en dejar todo en sus manos. Un amigo semanas atrás me dijo: "Yo puedo hacer todo solo, no necesito a Dios. Me va excelente en la vida, ¿Por qué ustedes dicen que nada pueden hacer sin él? Eso es mentira".
Es cierto que hay miles, tal vez millones de personas que no confían en Dios e igual les va bien en esta vida. Ojo, dije "en esta vida". Esa gente es exitosa aunque no sirvan a Dios; ellos tienen sus tesoros en esta tierra, que más temprano que tarde ya no existirá más, todo eso perecerá. En cambio nosotros, si le somos fieles al Señor hasta el final, nos espera una vida eterna llena de felicidad. No digo que los cristianos acá seamos infelices, ni que sólo conozcamos de tristezas y dolor. No, eso no es verdad, porque los momentos más felices de mi vida han sido cuando me he aferrado al Señor, cuando he confiado en él.
Todo esto es verdadero, sólo Dios nos puede dar esa felicidad que la gente del mundo busca sin encontrarla, porque sólo se preocupan de esta vida, de pasarlo bien, de disfrutar de todos los placeres, pero llega el momento en que se dan cuenta que sus vidas han sido un desperdicio y no saben qué hacer. No creen en Dios, porque no pueden verlo. No saben que sólo se puede sentir en el corazón.
Yo voy corriendo esta carrera hacia la vida eterna tomado de la mano de Cristo, confiado en que si soy fiel nada malo me sucederá. Vienen tiempos difíciles, cosas horribles a la tierra, no puedo soltarle la mano a Jesús, debo resistir, seguir luchando. Sé que él no me soltará. Esta pelea si que vale la pena pelearla.
Seguiré corriendo esta carrera, tal vez llegará el momento en que iré a la rastra, pero lo importante es no detenerse, menos retroceder. Tengo muy claro que ya no hay vuelta atrás...

sábado, 21 de abril de 2012

Señor, ¿ Cuál es tu voluntad?

Cuando Dios hizo el mundo no creo que haya querido que existiera el sufrimiento, la tristeza, el odio y todo lo malo que existe. Después de formar al hombre del polvo de la tierra, se dio cuenta de que a éste le faltaba compañía. No era conveniente que estuviera solo. Del primer hombre, Adán, más específicamente de su costilla, hizo a la primera mujer, Eva. Hasta ahí iba todo bien. Dios les tenía de todo, nada les faltaba. Aún no había pecado en ellos. Hasta que desobedecieron, y ahí comenzó todo lo malo. Esta historia todos la saben.
Si Adán y Eva no hubiesen pecado, la raza humana sería inmortal, el infierno no existiría, seríamos todos felices. Pero no es así. La historia es muy distinta. También debemos considerar de que antes, el ángel más bello del Señor se rebeló. Quiso ser más que su creador. Ese ángel ahora es Satanás, el gran responsable del sufrimiento de la humanidad, quien a toda costa quiere alejar al hombre y a la mujer del amor de Dios, y lamentablemente le ha ido bien. Le ha ido excelente, basta ver cómo está el mundo. Pero, ¿Dónde está Dios?, se preguntarán muchos. Yo antes también me preguntaba lo mismo. Por qué Dios permite que ocurran tantas tragedias, por qué permite que millones de niños africanos, y gente adulta también, mueran de hambre.
Los por qué son interminables. Cuando a uno le ocurre algo malo inmediatamente se pregunta : ¿Por qué, Dios? ¿Por qué no me ayudaste? ¿Por qué?...
Antes de que Adán y Eva desobedecieran, Dios tenía todas las cosas a su disposición, el mejor alimento, frutos deliciosos. Y no existía el pecado, algo muy bueno, considerando que el pecado destruye al ser humano.
Pero sabemos que desobedecieron y Dios los sacó del huerto del Edén. Ahora todo es diferente, hay un cielo y un infierno. La voluntad de Dios es que nadie se vaya al infierno, porque ese lugar lo hizo para Satanás y los demonios. Lamentablemente hay muchos seres humanos en aquel lugar, y día tras día caen más y más allí. Por eso vino Jesús a la tierra y murió en una cruz por nuestros pecados, para librarnos del infierno y ofrecernos una vida eterna en el cielo.
Mucha gente cambia los placeres de esta vida, que es pasajera, por toda una eternidad de dicha y gozo en el cielo. Es verdad, no es fácil el camino del evangelio, lo admito, pero yo por lo menos voy confiado de la mano de Cristo. Aquí encontré la verdadera paz y felicidad.
La voluntad de Dios es que alcancemos la santidad y la pureza, y muchos dirán que es imposible, pero no lo es. Con nuestras propias fuerzas claro que lo es, pero Jesús nos ofrece su ayuda. Yo lo pude comprobar. No digo que sea un santo, pero voy en camino a conseguir la pureza y es algo hermoso.
Es extraordinario para mí darme cuenta de la sabiduría y el amor de Dios. Día a día le agradezco lo bueno que es. No tengo palabras para describirlo.
Hablaré un poco de mí sobre la voluntad de Dios con respecto a mi vida. Sin duda, Dios tenía otros planes para mí. Quizás a mis 26 años él quería algo mejor para mí. Si yo me hubiese esforzado más, tal vez sería un profesional, tendría ya una esposa y un par de hijos, una linda casa. Pero haciendo un recuento de mi vida, no me he esforzado lo suficiente, y eso es culpa mía. Ahora estoy dando lo mejor de mí, luchando por la bendición del Señor, y sé que pronto llegará.
Dios sabe lo que quiero, sabe que amo escribir, y que no sirvo para otra cosa. No quiero trabajar en algo que no me haga feliz. Él conoce mi corazón, sabe además en qué le puedo ser útil. Conoce mis capacidades y mis debilidades. Él sabe también que día a día me estoy esforzando por agradarle, por alejar el pecado de mi vida y mirarle a él por sobre todas las cosas.
La voluntad de Dios es perfecta y agradable, y confío mucho en las promesas que me hizo. No hay nada mejor que servirle a él. Nada mejor.
Yo veo el mundo cómo está y me siento un afortunado, porque mucha gente está sufriendo, y yo estoy confiado y feliz. Lleno de paz.
Tengo claro que debo seguir perseverando y siendo un ejemplo para las personas del mundo que no conocen a Dios. Con la ayuda de Cristo debo seguir firme en este camino.

viernes, 13 de abril de 2012

Perseverar...

De partida tengo que admitir que he sido poco perseverante en mi vida, y ese ha sido sino el mayor error, uno de los mayores. Un error letal. Porque, ¿Qué puede uno alcanzar en esta vida si no persevera? Muy poco, o prácticamente nada. Nada que valga la pena.
Hace como dos semanas atrás comencé a salir a las predicaciones. Justo ese día tocaba cerca de mi casa, a una cuadra. En la escuela dominical mi primo Brayant me dijo que fuéramos. Y fuimos.
La verdad es que me gustaría predicar, pero no es fácil. Tengo que irme con calma, ya llegará mi momento. Por ahora sólo ayudo a cantar. Esto no se trata de vana palabrería. Yo podría hablarle a una persona durante horas sobre Dios, de la importancia de la salvación, de que hay un cielo, un infierno y un largo etcétera, sin que provoque ningún efecto. Es por eso que debo seguir pidiéndole a Dios de su gracia, para que cuando comience a predicar se conviertan almas.
Esto no es humano, yo no voy por mi cuenta ni con mis fuerzas a las predicaciones. Si fuera fácil iríamos muchos más, y no es así. Somos pocos. Yo me siento privilegiado de poder ir, es una bendición del Señor.
Considerando que esta vida es pasajera es necesario dar todo por llegar a la otra vida, a la que realmente importa, la vida eterna.
Muchas personas diariamente mueren sin su salvación, y vivieron su vida sin conocer el amor de Dios. Es algo lamentable. Por eso nosotros debemos ser luz para el mundo, hablarle a las personas de Dios, de que después de esta corta vida hay una para toda la eternidad. Pero también existe el infierno, el tormento eterno. Y todo ser humano durante su vida tiene la maravillosa oportunidad de evitar ese horrible lugar, pero pocos son los que aceptan a Cristo como su salvador.
Hay gente que tiene el corazón de piedra, no le interesa buscar a Dios. Prefieren seguir con su vida llena de pecado, una vida lamentable, llena de frustración y dolor.
Satanás tiene a muchos seres humanos engañados, confundidos, y esto será hasta el final. Por eso yo primeramente debo esforzarme por cambiar en algo esta situación. Es una noble causa, por la cual vale la pena luchar.
Tengo mucha confianza en el futuro, porque aunque no vendrán tiempos mejores y ya estamos cerca del fin, sé que muchos tendrán el privilegio de alcanzar la salvación y llegar un día al paraíso junto a Dios. Por el momento debo seguir trabajando en los asuntos del Señor y pronto tendré mi recompensa.
Hay personas que si leen esto seguramente entenderán muy poco, es cierto, pero sólo les pido que busquen a Dios, lo demás no es tan importante.
Ahora tengo muy claro lo que debo hacer: Perseverar.

jueves, 5 de abril de 2012

Felicidad.

El tiempo avanza a pasos agigantados, a gran velocidad, sin darnos casi ni cuenta ya comenzó el cuarto mes del año, abril. Recuerdo cuando la gente decía "Abril, lluvias mil". Eso pareciera que es parte del pasado considerando que en este mes ya no llueve tanto como antes. Incluso científicos anunciaron que no iba a caer nada de agua hasta mayo. Propongo entonces que en lugar de llamarle "Abril, lluvias mil", lo denominemos de ahora en adelante "Abril, el mes del frío" o algo parecido, porque en las mañanas amanece muy helado. Ya ni escucho cantar a los pajaritos, sin duda deben andar entumecidos por ahí, sin ánimo de entonar cánticos.
Voy a decir algo bien absurdo. Escribo este blog y sinceramente no sé si haya alguien que lo lea, pero igual seguiré escribiéndolo, porque amo mucho hacerlo. Amo escribir tanto como amo respirar.
Antes aquí escribí un par de cuentos, los cuales se los mostré a algunos amigos y amigas pero lo otro que escribo no lo publicito. Dudo que alguien esté leyendo esto, aunque me encantaría que lo leyera aunque sea una persona sin que yo le pida que lo haga.

Estoy muy feliz y quisiera que otros también sintieran esta felicidad que siento yo. No quiero que haya gente  triste en el mundo, no quiero que sigan muriendo más niños por el hambre o por el abuso de los mayores. Ahora diré el por qué de tanta felicidad: Es porque tengo el privilegio de conocer a Dios, que es el ser más hermoso que existe. Entonces lo que yo quiero ahora es que otros le conozcan y disfruten de su bondad y de su amor.
Quiero que alguien se encuentre por casualidad con este blog y lo comience a leer  y posteriormente se lo mencione al amigo y este a otro amigo y que luego muchos vean las maravillas que Dios hará conmigo, y que sepan que cualquiera que le obedezca y le sirva también podrá disfrutar de sus bendiciones. Dios es extremadamente poderoso y sus misericordias son para siempre, como dijo en un par de ocasiones el rey David.
Dios transforma la mente, cambia por completo al hombre y su vida; sus cambios siempre son para mejor. El quiere lo mejor para cada ser humano, sólo nos pide que le sirvamos y obedezcamos.
Dios es puro y santo, y el hombre es lleno de impurezas y pecados. Nosotros sin su ayuda no podemos dejar el pecado, pero El nos ofrece ayuda, y debemos aceptarlas con prestancia.
Quiero aportar con un granito de arena para que otros conozcan a Dios. No es posible que algunos sigan sin conocerle, no es justo.