lunes, 25 de febrero de 2013

Creo en ti.

Me siento tan afortunado de conocerte, es un privilegio que no todos pueden disfrutar. Realmente es algo grande, algo maravilloso, que no es posible para mí describir con palabras. Siendo un hombre común y corriente al igual que todos, tú te fijaste en mí, y me diste el gran privilegio de ser tu hijo.
En tu palabra dice: "No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros..." (Juan 15:16), por eso estoy muy agradecido de que me hayas elegido a mí; no tengo como pagarte tu inmenso amor hacia mi vida.
Es tan difícil servirte, cada día es una lucha, una batalla que debemos pelear y que lamentablemente perdemos varias de ellas, pero perdemos cuando nos alejamos de ti, cuando nos dejamos llevar por los deseos de la carne, por las mentiras y engaños de Satanás y los atractivos de este mundo. Si nos aferráramos a ti y confiáramos plenamente en tu poder ganaríamos cada una de esas batallas de la guerra que es la vida. A pesar de lo difícil que es ser cristiano, es mucho mejor que estar cegado por los deleites de este mundo, que no conducen a nada bueno.
Gracias por hacerme entender que esta vida es pasajera, que todo llega a su fin, todo se marchita, y que después hay una vida eterna junto a ti, siempre cuando logremos perseverar en tu camino hasta el final.
Estoy seguro que muchas personas que no te conocen dicen: "que tontos que son los evangélicos que no disfrutan su vida". Están tan equivocados, pero es que es algo realmente lamentable y asombroso. ¡Están equivocados!.
Millones de jóvenes de todo el mundo creen que ir a fiestas, beber alcohol, drogarse y tener sexo desordenadamente es disfrutar la vida. ¡Están en un grave error! Ellos están viviendo la vida de la carne, y tu palabra dice que el ocuparse de la carne es muerte. (Romanos 8:6)
Es complejo luchar contra los deseos de la carne, contra la concupiscencia, considerando toda la inmoralidad sexual que hay en el mundo, pero no hay excusa, porque con tu ayuda todo es posible, y sin ti nada podemos hacer. Nosotros debemos vivir la vida del Espíritu, ya que el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
Te pido que me ayudes a ser más valiente; estamos en tiempos difíciles y necesito ser valiente. Para ser un buen cristiano es necesario. Es fundamental.
Quiero perseverar hasta el final para poder conocerte y vivir contigo toda la eternidad, glorificándote. Dios amado, creo en ti, eres real, tan real como la lluvia.