domingo, 27 de noviembre de 2011

Ordenando mis ideas...

Ya ha pasado bastante tiempo desde la última vez que escribí. Estuve pensando en hacerme un nuevo blog para hablar exclusivamente sobre Dios y dejar este para seguir escribiendo cuentos y cosas parecidas, pero decidí quedarme sólo con este. Hay bastantes temas interesantes que quiero tratar de aquí en adelante...

Debo decir que el 20 de agosto de este año sentí un poderoso deseo de buscar a Dios. Comencé a levantarme a orar bien temprano, a leer la Biblia y libros cristianos, y los libros que leía antes (novelas más que nada) me dejaron de importar.

Una de las mayores virtudes del ser humano debe ser la perseverancia, y yo fallé ahí. Cuando debí orar más, hice lo contrario. Además volví a leer novelas (Aunque no he terminado de leer Desgracia, de Coetzee, y no sé si lo haga).

Yo que sé algo de Literatura, puedo decir que los libros cristianos son mejores, y que la Biblia es una obra maestra, que gracias a Dios comencé a leer hace unos meses. Ahora recuerdo cuando postergaba una y otra vez su lectura, pero tengo claro que Satanás tenía mucho que ver con eso.

Tengo muchas inquietudes, no puedo dejar pasar más tiempo y debo luchar más por mis intereses. A algunos les parecerá una locura, pero sé que lo que quiero hacer está bien.

Uno como cristiano sabe que es una obligación el hablarles a las personas de Jesucristo y que tienen una valiosa alma que salvar, que existe el cielo y el infierno, ufff, es algo de vida o muerte.

Leyendo a Rebecca Brown me doy cuenta de todo esto, y de la relevancia que tiene. No es un juego, es de vital importancia.

Lo maravilloso es que uno sólo tiene que hablarle a la gente de Dios, y él hace el resto. El se manifiesta a las personas, pero cada persona debe orar y pedirle que realmente se manifieste en sus vidas, y él lo hará. No digo que lo hará inmediatamente, pero Dios es poderoso para hacerlo.

Les desafío a probar a Dios.

¿Qué cuesta intentarlo? No se pierde nada. Por ejemplo si a mí me dijeran que hay un dinosaurio bañándose en un río, yo no creería, pero por lo menos iría a ver si es cierto o no. Es verdad que a Dios nadie le ha visto, pero él ha dado suficientes pruebas de su existencia.

Hay mucha ignorancia entre la gente, y es de suma importancia la información. Cada persona tiene la obligación de investigar, de informarse, de que nadie les cuente cuentos. Es valorar poco su vida el no hacerlo. Satanás quiere destruir a cada persona y es mi obligación el oponerme a él en lo que más pueda. Yo no me quedaré de brazos cruzados. Eso de ninguna manera. Pero no me confiaré en mis fuerzas (no tengo nada), sino en el poder de Dios.

Estamos en los últimos tiempos, no vendrán tiempos mejores, la cosa se está poniendo seria. Basta echar un vistazo en la Biblia para saberlo. Yo no creo en las profecías de los mayas, en Nostradamus ni en ningún falso profeta. Ellos no saben cuándo será el fin del mundo. Ni los ángeles del cielo lo saben. Sólo Dios.

Veremos qué sucede.