viernes, 6 de julio de 2012

¿Cómo conseguir la verdadera felicidad?...

Bastantes días sin escribir en mi blog. Ahora con la venta de gas tengo menos tiempo. Por ejemplo, este martes no me pude juntar con mi amiga Paulina Espinoza por estar esperando la camioneta con el gas. Debía llegar a las doce y llegó después de las cinco de la tarde. Recién ahí pudimos descargar con mi papá.
Hace días que quiero escribir sobre la felicidad. Yo me considero relativamente feliz. Me considero un hombre afortunado. Vamos por parte. En primer lugar, no es posible estar siempre feliz, eso está claro. Además para qué pretender estar siempre feliz, por ejemplo yo me inspiro mucho más cuando estoy triste. Para escribir bien necesito estar un poco triste, y eso mezclarlo con un poco de rabia. Pero no es así para todos, obviamente.
Hablaré de mi experiencia con la felicidad. Mis momentos más felices han sido cuando he estado cerca de Dios. No hay nada más maravilloso en esta vida.
Quiero referirme a un capítulo de la Biblia en donde habla de las obras de la carne y el fruto del Espíritu. (Gálatas 5: 16-26). Veamos. Las obras de la carne son: Adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas. Queda claro. Todas las personas que viven la vida de la carne jamás alcanzarán la felicidad y la paz que sí consiguen los que viven la vida del Espíritu. Basta con ver cuáles son los frutos del Espíritu: Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza.
Bueno, nadie dice que vivir una vida espiritual sea fácil, tomando en cuenta la inmundicia que tiene corrompido al mundo.
No tengo dudas de que cada ser humano anhela ser feliz. Nadie en su sano juicio desea sufrir.
¿Qué nos hace felices? A mí por ejemplo me hace feliz escribir. Me encantaría irme a un lugar lluvioso por unos tres meses a escribir y escuchar la lluvia. Hay personas que no soportan la lluvia y prefieren el sol, pero en gustos no hay nada escrito. No todos somos felices con las mismas cosas. Pero para hablar de la felicidad debemos ir a la Biblia, al capítulo que mencioné anteriormente. Ya nombré las obras de la carne: ¿Quién puede ser feliz si su vida está llena de inmundicia, iras o envidias? Absolutamente nadie. Pero si vemos los frutos del Espíritu: ¿Si nuestra vida está llena de amor, paz o gozo, es posible no ser feliz? No, si tú tienes amor y paz, por ejemplo, serás una persona plenamente feliz. Tenlo por seguro.
Sólo Dios puede hacer feliz al hombre y a la mujer. No busques en otra parte, no pierdas tu tiempo. Dios es todopoderoso y lleno de amor y sabiduría. Dale las gracias ya que estás respirando en este momento gracias a El.

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