lunes, 7 de mayo de 2012

Pon atención, ¡Esto es una guerra!

Desde que el ángel más bello del Señor se rebeló contra él comenzaron todos los problemas. Quién se iba a imaginar que un ser tan hermoso y lleno de sabiduría se iba a ir en contra de su propio creador. Antes de que Satanás pecara contra Dios era un ser de luz. Después de eso se convirtió en un ser maligno y perverso, que se goza en la maldad. En la Biblia hay un versículo que lo define muy bien : "¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitaste a las naciones. (Isaías 14:12). Era llamado lucero y ahora es el rey de las tinieblas. Cuesta explicarse cómo pudo suceder una cosa así.
Después que se rebeló contra Dios, logró engañar a Adán y Eva. Ahí por la desobediencia entró el pecado a la humanidad y junto con él, entró también la muerte. Si somos seres mortales es debido al pecado. Dios nos había hecho inmortales, para vivir por siempre junto a él. Pero Adán desobedeció y arruinó el plan de su creador. A Satanás se le entregó la potestad y la gloria de este mundo justamente por la desobediencia de ese hombre. Ahora de la única manera que podemos contrarrestar las fuerzas satánicas es orando, pidiéndole a Dios que tenga misericordia de nosotros y nos ayude. Debo aclarar que nada sucede si Dios no lo permite, ni siquiera se mueve una hoja de un árbol si no es su voluntad.
Estamos en una gran guerra y gran parte de la humanidad no tiene idea. No es una guerra entre humanos, es entre el bien y el mal, entre Dios y Satanás. Una parte de las personas están del lado del diablo y otra más pequeña del lado de Dios.
Satanás quiere mantenerte ocupado en los placeres de este mundo, en lo carnal, en algo que perecerá. En el otro lado está Dios, que te ofrece una vida eterna, y te pide que mientras estés acá en la tierra, dejes el pecado para poder irte con él al cielo. Esto no es una película de ciencia ficción o algo que inventé yo. Es real.
La próxima semana si Dios lo permite, escribiré una segunda parte sobre esto, ya que me falta bastante por contar.

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