martes, 20 de marzo de 2012

La ley de la adversidad.

El conocido científico Stephen Hawking dijo que antes de enfermarse tenía muy poco interés en la vida. La llamó una "existencia sin sentido", como resultado de que siempre se sentía aburrido. En ese tiempo, bebía demasiado y trabajaba muy poco. Entonces, se enteró de que tenía esclerosis amiostrófica lateral, y que no debía esperar vivir más de dos años. El resultado final de ese diagnóstico, después de la conmoción emocional que le produjo al principio, fue extremadamente positivo. Declaró que había sido más feliz después de tener la enfermedad que antes. ¿Cómo podemos entender eso? Hawking dio la respuesta. Dijo : "Cuando nuestras expectativas se reducen a cero, realmente apreciamos todo lo que tenemos". La satisfacción en la vida depende, en parte, de lo que la persona espera recibir de ésta. Para un hombre como el doctor Hawking, quien pensó que iba a morir muy pronto, todo adquiere un nuevo significado: la salida del sol, un paseo por el parque o la risa de los niños. De pronto, cada pequeño placer se convierte en algo muy valioso. En contraste, las personas que creen que la vida les debe algo, aveces se sienten insatisfechos con lo mejor que reciben de ella.
También, el doctor Hawking dijo lo siguiente acerca de sus limitaciones físicas: "Si usted tiene algún impedimento, debe emplear sus energías en las áreas en que no tiene ningún problema. Debe concentrarse en lo que puede hacer bien, y no lamentarse por lo que no puede hacer. Y es muy importante que no tenga lástima de sí mismo. Si usted tiene un impedimento y siente lástima de sí mismo, entonces nadie va a querer tener mucho contacto con usted. Una persona que tiene alguna incapacidad física, ciertamente no puede darse el lujo de también estar incapacitado sicológicamente".
Otra manera de expresar lo que dice el doctor Hawking es que una persona que se está enfrentando con dificultades extremadamente difíciles, debe esforzarse en hacerse más fuerte. Quejarse y tener lástima de sí mismo, son reacciones mortales, aunque parezcan muy lógicas y nos hagan sentir mejor. Una persona que tiene una crisis se fortalecerá o se desalentará por medio de ésta. Dentro de ciertos límites, la adversidad puede tener un efecto positivo en las personas, ayudándolas a fomentar su carácter. En cuanto a los cristianos, la Biblia dice que desarrolla la fe (Santiago 1:2-4).
Desde hace mucho tiempo, los biólogos han reconocido la importancia de la ley de la adversidad, y que obra en el mundo de las plantas y los animales.
A pesar de lo extraño que parezca, el bienestar habitual no es provechoso para ninguna especie. Una existencia sin desafíos produce víctimas entre casi todos los seres vivientes. Por ejemplo, observa a los animales débiles que viven en un zoológico. Todos los días los alimentan, y lo único que hacen es estar acostados bostezando. O piensa en un árbol que está en una selva tropical. Como tiene mucha agua a su disposición, no necesita extender sus raíces nada más que a unos pocos metros de profundidad. Por lo tanto, no está bien afianzado, y una pequeña tormenta puede derribarlo. Pero un árbol mezquite, que se encuentra en una tierra hostil y árida, debe echar raíces a nueve metros de profundidad, o más, en busca de agua. Ni siquiera un viento muy fuerte puede hacerlo caer. Su ambiente adverso contribuye realmente a su estabilidad y vigor.
Esta ley de la adversidad, también tiene que ver con los seres humanos. Algunos de los ejemplos de valor más notables han ocurrido en países que se encontraban bajo presión muy fuerte. Por nombrar alguno está el caso de Gran Bretaña durante la guerra. Churchill guió al pueblo al heroísmo personal. Comenzó por hablar de sus expectativas, ofreciéndoles sólo "Sangre, trabajo duro, sudor y lágrimas". Esto les ayudó a fortalecerse contra las dificultades. En los días más sombríos de los bombardeos aéreos, cuando su amada patria estaba en peligro inminente de ser invadida, los británicos resistieron con firmeza.
Si es verdad que a menudo los tiempos difíciles producen firmeza emocional y física, entonces también lo opuesto tiene que ser cierto. Y en realidad, lo es. Con frecuencia, la vida fácil y la abundancia producen una profunda debilidad.
¿Obra también esta ley entre los cristianos? No cabe duda que así es. Dios permite que sus hijos
tengamos luchas para mantenernos fuertes.
Jesús quiere que nos entreguemos completamente a él, que tengamos dominio propio y que nos mantengamos firmes.
A través de la Biblia vemos constantemente este ejemplo. El Señor quiere que su pueblo sea fuerte.
La vida fácil y la comodidad son muy peligrosas. Debemos siempre estar esforzándonos y mantenernos firmes, con la ayuda de Dios.
Estamos envueltos en una guerra espiritual con un enemigo implacable, que continuamente está asechándonos. Necesitamos estar en las mejores condiciones posibles, para poder hacerles frente a los dardos y a las flechas que él nos lanza. Los cristianos débiles y que se han dado demasiada buena vida, no tienen la resistencia suficiente para pelear esta batalla. Así que, de vez en cuando el Señor nos pone a hacer ejercicios espirituales con el fin de mantenernos en forma para la contienda.
Esa es la "ley de la adversidad", y todos somos afectados por ella de una manera u otra.

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