sábado, 15 de diciembre de 2012

Mi futuro está en tus manos.

Días atrás apareció en un diario los nuevos sueldos de ciento siete carreras universitarias. Por ejemplo, la carrera mejor pagada es la geología. Un geólogo comienza ganando más de tres millones mensualmente.
Sin embargo hay abogados, doctores, periodistas o psicólogos que llegan a ganar mucho más dinero. Conozco un periodista que ha escrito algunos libros, los cuales se han convertido en éxito de ventas, superando el millón de copias.(En realidad un solo libro lleva más de tres millones de copias vendidas)
En algún momento de mi vida quise ser un nutricionista o psicólogo y escribir libros. Hubo una época en mi vida en la que soñé con tener una casa y varios autos lujosos. Eso fue cuando tenía unos doce o trece años.
Sin duda no soy un superdotado o genio, pero Dios me ha dado cierta inteligencia, como a todos los seres humanos, y podría haber ido a la universidad pero soy tan porfiado que creo que jamás iré. Podría haber estudiado periodismo y haber sido como Malcolm Gladwell, que hace conferencias y escribe libros best seller, sin embargo, aunque sí quiero escribir libros, sigo creyendo que no necesito ir a la universidad. El tiempo dirá si logré salirme o no con la mía.
Comencé hablando de los sueldos de los profesionales y bueno, nadie dice que el dinero no es importante, pero hay gente que le da más importancia de la que realmente tiene. Con el dinero no puedes controlar todo, no puedes comprar ni el amor ni la vida.
El mundo está convertido en un caos y yo dejé todo en las manos de Dios. Es lo mejor que se puede hacer. Sin duda, a mis veintisiete años no he conseguido mis metas, pero tampoco tengo ochenta, soy joven todavía, y si Dios lo permite, me queda bastante por vivir.
Debo reconocer que me hubiese gustado haber publicado por lo menos un libro a esta altura de mi vida, y vivir de lo que amo hacer, pero debo confesar que si me hubiese esforzado un poco más tal vez ya lo hubiese hecho. Ningún sueño se consigue sin esfuerzo y yo no me he esforzado ni perseverado lo suficiente.
Lo bueno de confiar y servir a Dios es que tengo mi futuro en sus manos. Servir a Dios no es sencillo ni tampoco te asegurará vivir hasta los ochenta años. Hay muchos cristianos que han muerto muy jóvenes, pero la ventaja de ellos es que llegaron a un lugar mucho mejor, y hay gente que en la tierra consigue un "gran éxito", son reconocidos y prestigiosos en lo que hacen, pero si no están a cuenta con Dios irán a parar al infierno, y lamentablemente no es un invento mío, es la realidad. Entonces, hay que poner las cosas en una balanza. Para mí lo principal es estar bien con Dios, y que él haga lo que quiera con mi vida. No se trata de ser un títere, eso por ningún motivo, sólo que él conoce todas las cosas y sabe qué es lo mejor para mí. Además conoce los deseos de mi corazón, conoce cuáles son mis metas, etc. El me ayudará en todo.
Cuando uno le entrega su corazón al Señor, él nos guía, nos ayuda a escoger lo que más nos conviene. Por ejemplo, si a mí me atrae una mujer pero Dios sabe que ella no es la indicada, y yo dejo todo en sus manos, él la apartará de mi camino. Si yo hago todo por mi cuenta, probablemente termine casándome con aquella mujer, pero tiempo después me daré cuenta que no fue la mejor decisión, cuando mi matrimonio sea un fracaso.
Dios jamás te obligará a hacer algo, pero sí querrá que hagas muchas cosas, todas favorables para tu vida, pero cada uno decide qué hacer. Es el libre albedrío.
Si yo persevero y le sirvo bien a Dios, él me dará todo lo que mi corazón anhela. No es fácil el camino pero con su ayuda todos es posible.
Mi tarea es contar que existe un Dios verdadero, que quiere el bien del ser humano, pero es necesario confiar en él para que pueda hacer cosas por nosotros. Debemos entregarle nuestro corazón y dejar todo en sus manos.
"Oh Señor, ninguno hay como tú entre los dioses, ni obras que igualen tus obras. Te alabaré, oh Jehová Dios mío, con todo mi corazón, y glorificaré tu nombre para siempre". (Salmos 86: 8, 12)

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